Esta es mi segunda visita del verano al pecio, la primera fué un gran fracaso ya que para mi vergüenza y más tarde gran fortuna, perdí aunque luego recuperé la cámara fotográfica.
Demasiado confiado la dejé amarrrada a un cabo colgado de la barca para que los golpes de corriente se la llevaran; tras una más que afortunada y corta busqueda la hallé a -46m sobre el arenal, obviamente de seguida aborté la inmersión y no tuve ocasión de ver el barco hundido de cerca.
Y con ese recuerdo, este fin de semana repetimos inmersión aunque en este ocasión sin ningún percance.
El pecio se halla en su habitual estado, con poca vida pero erguido sobre la arena majestuoso con el sol a su popa, cerca de la cuál se encuentra otra sorpresa menos conocida, los restos de un vehículo todoterreno hoy en estado casi irreconocible.
Este pecio del litoral de menorca es posiblemente de los más bonitos de fotografiar mientras las estructuras aguanten y retengan su forman de navío.
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