Foto: Última Hora Menorca - Laura Pons Bedoya |
Para los habitantes de Menorca y de Maó en particular, este buque pesquero comienza a formar parte del paisaje habitual del puerto. El caso de esta embarcación tunecina sirve para poner en evidencia la extraña manera de funcionar de un país como el nuestro; y la interminable maraña de administraciones vecinas que no parecen ponerse de acuerdo en nada.
El Buque extranjero fue apresado en junio de 2003 cerca de Menorca pescando de manera irregular y portando abordo Atún Rojo. Hasta aquí todo parece muy normal aunque por desgracia demasiado corriente, pero la cosa se enreda cuando comienzan a buscar responsables. La mayoría de ciudadanos solemos atender con asombro a las explicaciones del laberíntico estado aparentemente alegal de los buques, pabellones, navieras, armadores, empleados y demás temas que jamás ocurrirían en tierra; ¡al menos eso quisiera pensar!
El caso es que el buque lleva años amarrado, sin poder ser retirado, sin hacerse cargo ninguna empresa de él; sin limpieza ni mantenimiento, sin pagar la multa, sin pagar los eternamente acumulables costes de amarre y sobretodo ocupando espacio y "afeando" la ciudad.
Cómo anécdota, la consejería de Turismo recibió una queja escrita de un turista británico que tras visitar la isla en varias ocasiones decidió expresar su malestar.
Con el paso del tiempo la condición del buque empeora, su estado llega a ser preocupante; y finalmente llega el momento de tomar una decisión y de momento se traslada; a la otra ribera del puerto a tan sólo 250m.
En la prensa se habla de remolcarlo a Mallorca para su desguace, también parece que hubo interés en varias ocasiones por hacerse con el buque, pero todo quedó en simples titulares y alguna que otra propuesta sin respuesta.
Tras años, y finalmente con el cambio de gobierno se pensó en buscar una solución en el sector Turismo/Buceo Recreativo que obviamente no agradó a todos los menorquines.
Lo cierto es que las empresas del sector opinaron, y la idea seguramente salió del entonces Director Insular del Estado quién es aficionado al submarinismo y comprendía del atractivo que podría tener esta solución para buceadores locales y visitantes. El tema apareció nuevamente en prensa haciendo mucho ruido por su coste en una época de Crisis.
Sucede que la creación de arrecifes artificiales no es tan sencilla como uno podría pensar, pues es imprescindible una correcta descontaminación del barco, retirando restos de metales pesados y productos químicos, así como maquinaria e instalaciones. Una vez superada esa primera etapa toca prepararlo para el buceo, adecuando entradas y salidas, retirando restos no deseados para luego estudiar la zona del hundimiento.
Los arrecifes artificiales (Estudio de Oceana -PDF) no son garantía de regeneración del entorno, en Menorca tenemos el caso del Ocean Diver que tras muchos años no ha conseguido crear una colonia, sin embargo sí ha servido otro propósito para el cuál fue hundido, alejar los pesqueros de Arrastre.
Años después (2011) un caso parecido tiene lugar, en esta ocasión es una embarcación particular de gran tamaño que sufre un incendio sin embargo este buque es trasladado pues ocupaba una zona de amarre "valiosa", el barco holandés se convierte en vecino de tunecino.
Está claro que cualquier buceador desearía ansioso la creación de Nuevos pecios, cualquier persona del sector turístico comprende la importancia de estos elementos como atractivo para el mercado del buceo, un perfecto ejemplo son los cruceros en el Mar Rojo, o las inmersiones en Filipinas y Micronesia para ver los restos de "cazas japoneses" o muchos otros ejemplos.
Pero tampoco podemos olvidar que crear un pecio es lanzar chatarra al mar, y debe de estudiarse bien las repercusiones y/o beneficios posibles antes de hacerlo.
*Esta entrada posee muchos enlaces, la lectura de las noticias enlzadas dará mayor sentido al artículo.
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