La verdad que no es de extrañar que tan poca gente bucee, entre el típico tiempo invernal y la baja temperatura del agua francamente apetece poco. Pero siempre hay algún que otro yonki-fotosub-adicto que lo intenta, y válgame le expresión: "Madre mía que frío!"
No había ni peces, pero en una de las cuevas vimos una joven y muy menuda langosta que previsiblemente se convertirá en comida del congrio residente, y más crustáceos asiduos de la oscuridad.
No había ni peces, pero en una de las cuevas vimos una joven y muy menuda langosta que previsiblemente se convertirá en comida del congrio residente, y más crustáceos asiduos de la oscuridad.