Tras muchos días de lluvia y mal tiempo, la climatología nos dió algo de tregua, suficiente como para ser optimistas. Tan pronto me metí en el agua, el optimismo menguó hasta desaparecier "Diossss...que fría está el agua", esa fue mi primera impresión, luego recordé la frase del slogan de PADI, "Diving is fun". De ser así, porque diablos no me lo está pareciendo. El caso es que el agua estaba a 15º; recuerdo temperaturas más bajas. Una vez superada la impresión inicial, partimos hacia la cueva de la catedral, a la entrada una morena enroscada sobre sí misma nos recibió, exploramos la zona de poniente en donde abundan los recobecos con fondo de arena, allí bastantes ejemplares de camarones y quisquillas pululaban sobre algunas rocas, todos huyeron al ver la luz. Acto seguido pasamos a la siguiente caverna, el Campanario.
Además vimos bastantes sargos, algún mero, salpas y las habituales vacas y serranos. En cuanto a nudis tan sólo ví un minúsculo ejemplar de flabellina.
El frío, sobre todo en los pies, la incomodidad del traje de invierno y todo su plomo que le acompañan no me hicieron pasar un poquito de las fotos, sin embargo la inmersión duró 58 minutos.